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¿Qué es la eficiencia energética?

El concepto de eficiencia energética hace referencia a la capacidad para obtener los mejores resultados en cualquier actividad empleando la menor cantidad posible de recursos energéticos. Nos permite reducir el consumo de cualquier tipo de energía y disminuir los posibles impactos ambientales asociados a ella, todo esto, gracias a la incorporación de distintos modelos de gestión sostenibles, hábitos responsables e inversiones en innovación tecnológica.

¿Qué ventajas presenta la eficiencia energética?

  • Ahorro de energía y costes: Al utilizar menos recursos energéticos para llevar a cabo una actividad ahorramos energía, por tanto, se produce un menor gasto de energía, que se traduce en una reducción en la factura energética.
  • Mejoras en el medioambiente: La eficiencia energética y el uso responsable de la misma, rebaja las emisiones de gases de efecto invernadero, se consumen menos recursos, lo que contribuye a reducir la huella de carbono.
  • Mejoras de abastecimiento: Nos permite optimizar el uso de recursos naturales, crear economía de proximidad y fomentar el consumo responsable.

Hay muchos ámbitos de aplicación de la eficiencia energética:

  • En el propio sector energético. Las compañías que producen y venden energía.
  • En las grandes industrias.
  • En las empresas.
  • En los hogares. Nuestras viviendas. Nuestras Comunidades de Propietarios.

Con todo esto, llegamos al punto interesante y sobre todo muy relevante de cara al futuro, para nuestras viviendas y que afectará a su venta y/o alquiler. La etiqueta de eficiencia energética.

¿Qué es y en que consiste/funciona la etiqueta de eficiencia energética? La etiqueta energética es, básicamente, un rango de calificación de como de eficiente es energéticamente un edificio (aplicable también ya que lo vemos más habitualmente en electrodomésticos), que va de la A (inmueble eficiente energéticamente) hasta la G (inmueble sin eficiencia energética). Estas muestran el nivel de eficiencia del inmueble..Además de las letras ya mencionadas, la etiqueta energética también consta de colores, los cuales siempre acompañan a una letra específica. La letra A lleva el color verde y la G, el rojo; el resto se va sucediendo mediante un degradado que pasa por distintas tonalidades de verde, amarillo y bermejo.

Más que cómo funciona, la pregunta sería, ¿cómo se puede medir la calificación y eficiencia energética de un hogar? Para ello, se requiere un análisis de los materiales de construcción del inmueble. También se deben averiguar la orientación del edificio, el estado de las ventanas, qué instalaciones de calefacción y aire acondicionado tienen, cómo es la instalación de agua caliente, etc. Todo ello debe ser revisado y constatado por un técnico certificador cualificado para esta tarea, que introducirá los datos en un programa informático para obtener la letra correspondiente. Este certificado informará, además, de las emisiones de CO2 del edificio, de cómo consume energía el mismo y de las mejoras que deberán tomar tanto su propietario como sus inquilinos para mejorar o mantener los estándares obtenidos.

Otra pregunta que debemos hacernos y tener en cuenta, ¿Es obligatorio tener esta etiqueta energética? El tener o no esta etiqueta de nuestro edificio era una cuestión de preferencia del propietario sobre la información que se quería compartir con futuros compradores o inquilinos. Sin embargo, desde el año 2013, es obligatorio para cualquier vivienda contar con la etiqueta de eficiencia energética, de modo que aquel que esté interesado en comprarla, tendrá información objetiva sobre el consumo.

Es importante saber leer y entender estas etiquetas ya que son el documento de identificación energética de nuestra vivienda, y que nos ayudara en situaciones determinadas. Cada edificio tendrá su propia etiqueta, pues esta depende de las características del inmueble (asoleo, luz natural…). Además, nos sirve no solo para dar a conocer la eficiencia energética de nuestro edificio a futuros compradores o futuros inquilinos, también nos sirve para mejorar la de nuestra propia vivienda si así lo deseamos. A través de reformas, se puede convertir nuestro inmueble en uno más eficiente y, en consecuencia, obtener una mayor puntuación.

A continuación, pasaremos a explicar como se lee esta etiqueta, pero antes y como información relevante…

El 30,4% del consumo de energía final de España se produce en edificios de viviendas y servicios. Contamos con más de 25 millones de viviendas de las cuales, 6 millones tienen más de 50 años, esto quiere decir 2 cosas, que nuestro parque de edificios es bastante viejo y que son energéticamente muy deficientes. El 58% de los edificios españoles se ha construido sin ningún criterio de eficiencia, el 90% son anteriores a la aplicación del Código Técnico de la Edificación, CTE, y un 60% son anteriores a la aplicación de la NBE-CT 79, la primera normativa de construcción que tiene en cuenta criterios de eficiencia energética en España.

El balance de nuestro parque de edificios nos indica que, ocho de cada diez edificios españoles tienen una calificación de certificado energético “E” o menor, por lo que los márgenes de mejora superan el 50% respecto al consumo de energía.

Apenas se han hecho registros de edificios nuevos debido al parón de la construcción de viviendas que ha traído la crisis, por tanto, el grueso de las certificaciones lo encontramos en los edificios ya existentes, donde las calificaciones energéticas más comunes se sitúan en las letras que van de la «D» a la «G», lo que quiere decir que superan en más del 90% el consumo de energía medio.

Y ahora, ¿cómo se lee esta etiqueta? Lo primero que veremos en el borde de la etiqueta es un color. El verde nos indica que el inmueble ya está terminado. En el caso de ser naranja, nos indica que el inmueble está aún en fase de proyecto. Esto también lo podemos verificar en el título de la etiqueta, donde especifica en qué fase se encuentra el edificio.

Es muy importante conocer el nivel de eficiencia en el consumo energético de nuestra vivienda, pues, como hemos dicho antes, tiene consecuencias en gastos periódicos. Es indispensable, cuando se quiere comprar o alquilar una vivienda, saber qué es lo que nos está diciendo exactamente la etiqueta energética que se nos muestre.

Contenido de la etiqueta energética

A continuación, pasamos a analizar cada uno de los apartados del modelo de etiqueta energética establecida como Documento reconocido por el Ministerio.

  1. Datos del edificio: En este apartado se debe de indicar la normativa vigente correspondiente al año de construcción o rehabilitación integral. La referencia catastral es imprescindible además del tipo de edificio (residencial o terciario). Por último, la dirección física del inmueble incluido la Comunidad Autónoma.
  2. Código BIDI: La etiqueta incluye un código Bidi. En principio redirige al registro público del certificado energético al que está asociada la etiqueta.
  3. Escala de Calificación Energética: Incluye la calificación o letra asociada a cada uno de los indicadores numéricos. Uno de consumo de energía primaria no renovable. Otro de emisiones de CO². Consiste básicamente en una escala de colores con asignación de la letra de calificación desde la A (verde) hasta la G (roja por peor calificación).
  4. Indicadores numéricos de calificación energética: Los indicadores numéricos son dos, acompañados de la correspondiente letra en la escala. Uno se refiere a cantidad de kWh/m²año de energía primaria no renovable. El otro a la cantidad de KgCO²/m²año de emisiones asociado a dicha energía. Podrá variar en función del tipo de combustible que las emisiones sean mayores o menores para un mismo consumo.
  5. Registro: Incluye el número de registro en el organismo oficial en la CCAA correspondiente. Es obligatorio para que el certificado sea un documento oficial y le debe de acompañar a la etiqueta.
  6. Caducidad: La etiqueta energética incluye también la fecha de caducidad. De momento el certificado energético tiene una validez de 10 años. Lo mismo por lo tanto para la etiqueta energética. No obstante, el RD 235/2013 puede ser modificado en breve y en ese caso podría variar de 10 a 7 años el periodo de validez.

Esperamos que os haya servido de ayuda este artículo.

Nos vemos en el próximo artículo.