A raíz de la desgracia ocurrida en el incendio en Valencia, se han levantado todas las alertas con respecto a las técnicas constructivas y los materiales instalados buscando la eficiencia energética, con el consiguiente dilema de ¿mejoramos la eficiencia a costa de perder seguridad?
Desde SCS queremos dar un poco de luz a este tema, al menos con respecto a como trabajamos y que materiales instalamos en nuestras obras de rehabilitación.
Empecemos por lo que dice la normativa:
La fachada de un edificio residencial debe cumplir con las especificaciones de reacción al fuego descritas en el Código Técnico de Edificación (CTE) para garantizar la seguridad de los ocupantes.
La reacción al fuego se refiere a cómo los materiales se comportan cuando están expuestos al fuego y las fachadas deben cumplir con especificaciones definidas en las Euroclases en función de la altura del edificio:
- hasta 10 metros: Clase D-s3,d0
- hasta 18 metros: Clase C-s3,d0
- superior a 18 metros: Clase B-s3,d0
Estas Euroclases se definen en la norma europea “UNE-EN 13501-1 – Reacción al fuego de productos y elementos de construcción” que clasifica los productos de construcción y elementos para la edificación en función de su comportamiento frente al fuego. Esta clasificación se realiza a partir de datos obtenidos en ensayos de reacción al fuego y establece la siguiente clasificación para revestimientos de fachadas:
Cuáles son los materiales que utilizamos en SCS:
Utilizamos siempre materiales aislantes y recubrimientos de fachada con certificación A1 (NO combustibles) lo cual cumple con unas prestaciones 4 escalones superiores a las mínimas exigidas en la normativa vigente (A2, B, C y D).
Incorporamos elementos corta fuegos sectorizando por vivienda con barreras cortafuegos horizontales y verticales. Permitiendo, en condiciones normales, la ventilación de la fachada por la circulación del aire en el interior de la cámara, pero en caso de incendio el material aislante se expande impidiendo el flujo de aire para evitar la propagación del incendio por el interior de la cámara frenando el efecto chimenea.
Utilizamos aislantes de lana de roca y acabados exteriores con materiales porcelánicos por su resistencia a las altas temperaturas (>1000 °C).
Utilizamos siempre SATE con aislamiento de lana de roca con certificación A2-s1,d0 (NO combustibles-Producción baja de humos, No se producen gotas/partículas) lo cual cumple con unas prestaciones 3 escalones superiores a las mínimas exigidas en la normativa vigente (A2, B, C y D).
Otros sistemas SATE con aislantes EPS o XPS no consiguen la certificación mínima exigida por la normativa hasta su acabado final tras la aplicación del mortero, esto supone un riesgo de incendio en el periodo de instalación ya que el uso de cualquier herramienta podría provocar un incendio. Además, en el caso de que se rompa la capa exterior de mortero por deterioro o manipulación posterior de algún propietario, podría dejar expuesto el aislante interior inflamable con su consiguiente riesgo.
Nosotros, al utilizar lana de roca con resistencia a las altas temperaturas (>1000 °C), evitamos riesgos de incendio en el proceso de instalación y a lo largo de la vida del edificio aún en el supuesto de que la capa final de mortero se viera comprometida.
Esperamos haber despejado algunas dudas.
Saludos.