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Consejos para ahorrar energía

Todos hemos oído hablar de como ahorrar energía en casa con nuestros sistemas de calefacción; pero ¿de verdad se pueden conseguir ahorros, sobre todo durante el invierno, cuando la necesidad de encender la calefacción es un hecho?

Partamos de los siguientes datos relevantes:

El calor en la vivienda fluye desde las habitaciones calientes hacia las más frías, y desde abajo hacia arriba. En promedio, el calor de la casa se pierde por las siguientes vías: piso (15%); paredes (35%); ventanas (10%); techo (25%); rendijas normales (15%). Una rendija anormalmente grande puede aumentar enormemente la proporción de calor perdido de nuestra vivienda.

Una gran cantidad de la energía que se consume en una vivienda a lo largo del año se destina a 2 objetivos: la calefacción y el agua caliente sanitaria.

Sin ser un especialista y solo prestando un poco a las condiciones de nuestra vivienda, sabemos cuáles pueden ser las causas y como podemos ahorrar en calefacción y poder conseguir un ahorro considerable en la factura energética. Es simple, una vivienda mal aislada necesita más energía para mantener su confort.

Lo primero es comprobar los aislamientos de ventanas y persianas. Una medida muy eficiente es instalar sistemas de doble ventana (o, al menos, el doble acristalamiento), ya que conseguiremos reducir prácticamente a la mitad la pérdida de calor con respecto al cristal sencillo. También es importante que los cajetines de las persianas no tengan rendijas y estén convenientemente aislados.

La segunda parte, que necesita algo más de inversión, afecta al aislamiento entre muros, que pueden conllevar ahorros energéticos y económicos de más de un 20% en calefacción.

Las temperaturas recomendadas en invierno, dentro de las viviendas, están comprendidas entre 19ºC y 21ºC por el día y 15ºC a 17ºC por la noche (hora de dormir) para sentirnos bien y tener un consumo energético moderado. Es muy importante entender que por cada grado que aumentemos la temperatura, se incrementa el consumo de energía aproximadamente en un 7%.

Para los radiadores y conseguir mantener una buena temperatura en las habitaciones, un procedimiento sencillo y asequible (económicamente hablando), consiste en la instalación de válvulas termostáticas en los propios radiadores. Esto nos va a hacer ahorrar mucha energía al mantener constante la temperatura.

Es muy importante, no tapar ni obstruir los radiadores para aprovechar al máximo el calor que emiten. En el caso de que estén situados en huecos, es recomendable, colocar elementos reflectantes detrás de los mismos. También es fundamental el purgado (extraer el aire) de forma periódica (al principio de cada campaña de invierno) o cuando pongamos la calefacción en marcha.

La instalación de termostatos inteligentes puede conseguir una buena optimización de la gestión y control de nuestra calefacción. Si a esto le sumamos, sistemas de control y regulación centralizados (domótica), que permiten diferenciar distintas zonas, registrar y dar la señal de aviso en caso de averías, integrar funciones de seguridad y poder manejar los equipos instalados y conectados a nuestra red a distancia a través de nuestro teléfono móvil, esto, también permite ahorrar en la factura.

Es conveniente apagar la calefacción durante la noche (salvo en zonas muy frías), y en aquellas habitaciones que sean menos utilizadas, poniendo la posición del termostato en el modo de economía (15ºC), que es la misma recomendable si no vamos a estar en la vivienda en ausencias, más o menos prolongadas, incluso llegando a apagarla en ausencias de más de 15 días.

Otro factor importante que afecta a la temperatura de nuestras viviendas y que es un mal bastante generalizado, que nos hace malgastar energía, es la ventilación. Para ventilar completamente una habitación es suficiente con mantener abiertas las ventanas alrededor de 10 minutos (máximo 15) para renovar el aire.

Otra forma de conseguir una optimización en el consumo es conseguir un buen funcionamiento de nuestra caldera (cualquier tipo), esta, debe someterse a revisiones periódicas. Es aconsejable una revisión anual al inicio de la temporada de calefacción. Una caldera sucia tiene dificultades para la combustión y, por tanto, consume más. Un mantenimiento adecuado del sistema de calefacción (caldera y radiadores) nos ahorrará hasta un 15% de la energía.

Y, para terminar, algo que sabemos que es complicado, es entender si tenemos la tarifa energética adecuada para nuestro consumo y si podemos mejorarla.