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Descarbonización

La descarbonización, interesante y extenso tema del que vamos a intentar dar un poco de información… que es y donde nos lleva.

A nivel técnico en cuanto a definición, la descarbonización, es el proceso de reducción de emisiones de carbono, sobre todo de dióxido de carbono (CO2), a la atmósfera, con el objetivo de lograr una economía global con bajas emisiones que consiga la neutralidad climática a través de la transición energética.

El ser humano, quema combustibles fósiles para el desarrollo de su economía, lo que ha provocado un incrementado de las emisiones de CO2, que es a su vez, causante del efecto invernadero, del calentamiento global y del cambio climático.

Para lograr la descarbonización es necesaria realizar una transición energética, un cambio estructural que elimine el carbono de la producción de energía. Tenemos que cambiar y buscar (estamos en el camino) energías alternativas limpias que permitan una mejora del estado actual de nuestro planeta.

Otro factor importante a tener en cuenta es el entorno regulatorio, que es clave para evolucionar, hacia otro tipo de gestión energética, siendo más eficientes y propiciando una descarbonización eficaz.

Desde Europa se está trabajando e impulsando la transición energética mundial. Solo hay que ver los acuerdos y acciones que se estan llevando a cabo para poder conseguir este objetivo. Uno de los más relevantes es el Acuerdo Verde, publicado a finales de 2019, que define la estrategia de la Comisión Europea para lograr la neutralidad en carbono en 2050, mejorando la competitividad y modificando el crecimiento económico de la utilización de recursos.

Esta mayor ambición climática se ratificó en la Ley Climática de junio de 2021, en la que se aprobó el compromiso de neutralidad en carbono en 2050 (vs la hasta ahora vigente reducción del 80-95% respecto a 1990) y se ha incrementado el objetivo de reducción de emisiones a 2030, pasando del 40% al 55%. Esta modificación al alza supone revisar y reformar toda la regulación de energía y clima existente, a través del paquete llamado «Fit-for-55», cuya tramitación se desarrollará durante los dos próximos años.

Otras de las acciones adicionales, que vienen desde la Unión Europea, es la aprobación de los fondos Next Generation (ya os contamos en otro de nuestros post como gestionarlos para las Comunidades de Propietarios), con un presupuesto extraordinario de 750 millones de euros, para la recuperación tras la crisis del COVID.

Y… ¿cómo se lleva a cabo una descarbonización eficiente? Al final, todo depende de lo mismo, el coste económico que supone hacer esto, consiguiendo reducir las emisiones, utilizando algunas de las alternativas mas competitivas y eficientes que tenemos actualmente.

Lo más eficaz para descarbonizar otros sectores económicos al menor coste, es aprovechar la electricidad, que permite una mayor integración de renovables, por lo que es la opción más eficaz y alternativa que consigue mejorar la eficiencia energética, que es el principio básico de la descarbonización. Sin embargo, hay ciertos usos de la energía, para los que la electrificación no es posible ni competitiva, por lo que hace que, en esos casos, la reducción de emisiones requiere el uso de otro tipo de combustibles cuyo coste aún es muy elevado.

El gran reto de todas las empresas energéticas, para conseguir una transición energética eficiente, es descarbonizar el propio sector eléctrico, integrando las energías renovables en su mix de generación. Se espera conseguir el 65% de la generación eléctrica renovable en 2030 y el 85 % en 2050, lo cual les llevará a realizar ciertas actuaciones como pueden ser: la digitalización de la infraestructura de red, el impulso a las renovables, el fomento de almacenamiento eficiente, etc…