Skip to main content

Consejos para mejorar la eficiencia energética en las viviendas

El excesivo consumo energético de los edificios residenciales es una de las causas que contribuyen al cambio climático, siendo este sector, el responsable de aproximadamente el 30% de las emisiones directas, según el análisis llevado a cabo por Deloitte en el informe Ciudades energéticamente sostenibles: la transición energética urbana a 2030. 

Gran parte del parque de viviendas actual de España está formado por edificios residenciales (un 70% tiene más de 20 años de antigüedad) que no cumple con los estándares de ahorro energético, lo cual exige grandes inversiones. Hay que tener también en cuenta que dos tercios de las viviendas requieren rehabilitación y mantenimiento ya que no cumplen con las medidas de ahorro energético y aislamiento térmico necesarias. 

Desde aquí, queremos dar unos consejos, que se pueden llevar a cabo de forma sencilla, para mejorar la eficiencia energética en una comunidad de propietarios, teniendo en cuenta que solo controlando los servicios energéticos comunes se puede bajar el consumo energético hasta un 20%.: 

1.- Realizar una auditoría energética de la comunidad nos va a servir para evaluar el consumo y saber cuáles son las modificaciones que se pueden llevar a cabo para ser más eficientes.  

 2.- Centralización de los sistemas de generación energética que permita que la demanda de energía de la comunidad se produzca a través de un mix de generación solar fotovoltaica y aerotermia que satisfaga las necesidades de calefacción, climatización y agua caliente sanitaria, con un alto grado de fiabilidad. La calefacción y el ACS suponen más del 60% del consumo total debido a la antigüedad de las instalaciones y al derroche de energía por la falta de control y de regulación de la temperatura. 

3.- Individualización del Consumo. El Real Decreto que transpone la Directiva 2012/27/UE sobre eficiencia energética, obliga a los edificios residenciales a instalar contadores individuales para medir el consumo de calefacción, refrigeración y agua caliente en cada vivienda, ya que de esta manera cada propietario paga por lo que consume y, en consecuencia, se gestiona mejor la demanda energética, lo que puede suponer un ahorro de entre un 20% y un 30% en el gasto energético. 

4.- Iluminación. Es una de las cosas más sencillas de llevar a cabo con un coste no excesivo y se consigue con la instalación de sistemas de detección de personas, temporizadores y/o programadores para el encendido de luces por zonas y sustitución de las luminarias por lámparas de tecnología LED. Esto es de aplicación también para los ascensores. 

5.- Solicitar el certificado energético comunitario, nos va a proporcionar una información muy relevante sobre las características energéticas del edificio y recomendaciones para mejorar la eficiencia energética del mismo. Hay que tener en cuenta que solo siguiendo las recomendaciones del certificado energético se puede llegar a conseguir una rebaja de hasta un 25% de la factura energética. 

6.- Aislamiento Térmico. La calefacción y la climatización son menos eficientes y efectivos si existe un mal aislamiento de la estructura del edificio, debido a que el confort se pierde a través de paredes, ventanas y puertas. Con un sistema de aislamiento térmico de la envolvente del edificio (SATE o Fachada Ventilada), se puede reducir la necesidad de calefacción en un 40% y bajar de forma drástica el consumo por el uso del aire acondicionado en verano. 

7.- Medidas Activas y Pasivas. Con la adopción de medidas activas el de ahorro de una comunidad puede llegar al 50%, estas pueden amortizarse entre cinco y ocho años. Y si hablamos de medidas pasivas o procesos de rehabilitación, el ahorro puede llegar al 25% del consumo actual. 

8.- Concienciación sobre Eficiencia Energética. Este es posiblemente uno de los problemas actuales de nuestra sociedad y es que somos poco conscientes, o no queremos serlo, de los beneficios que genera la eficiencia energética, ya que la principal preocupación de las comunidades de propietarios es el ahorro económico, dejando de lado el consumo eficiente, que a la larga haría el sistema más sostenible y con ahorros económicos importantes.  

En general, las comunidades de propietarios se plantean renovar las instalaciones térmicas cuando han llegado al final de su vida útil. Lo hacen sin reparar en los beneficios que reporta mejorar la eficiencia energética de las instalaciones. El ahorro energético compensa la inversión a realizar, mejora el confort de las viviendas y, además, contribuye a disminuir la emisión de gases contaminantes. Desde las administraciones también se promueve la eficiencia energética de las comunidades de vecinos. Por ejemplo, el IDAE promueve el ahorro de energía en las comunidades de propietarios.  

Para terminar, solo indicar, que siguiendo algunos de estos consejos, se consiguen al menos, un menor impacto y mejora del medioambiente. 

Requisitos ayudas a la Rehabilitación

El Gobierno asume que las ayudas para la rehabilitación de vivienda no están llegando al ritmo esperado a la economía, aunque confía, que antes de final de año se produzca un giro en estas bonificaciones con cargo a los fondos europeos de recuperación Next Generation.

Pero ¿Cuál es la realidad actualmente? No sabríamos decirlo, pero hay una verdad insondable y que no es baladí… el plazo para solicitar las ayudas fiscales finaliza el 31 de diciembre para las intervenciones en viviendas particulares, si bien se cuenta con un año más para las reformas de edificios.

Antes de explicar cuáles son los requisitos para para beneficiarse de las ayudas que se destinan el Plan de Recuperación a vivienda, debemos decir que desde las instituciones no se ha sabido comunicar, ni trasladar el mensaje de forma adecuada de las deducciones y desgravaciones fiscales para rehabilitación de viviendas y edificios residenciales, del cual ya hablamos en un post anterior nuestro. “Deducciones Fiscales por rehabilitación”.

Y ¿Cuáles son los requisitos y deducciones?

El plan del Gobierno contempla tres nuevas deducciones en el IRPF para rehabilitación de vivienda, pero hay que tener una cosa muy importante en cuenta y es que los usuarios que carecen del certificado de eficiencia energética antes de acometer la inversión no podrán aplicar el incentivo fiscal.

La primera deducción se aplica a las obras en la vivienda habitual (también alquilada o con expectativa de alquilar) y se requiere una reducción de al menos un 7% en la demanda de calefacción y refrigeración. Esto Supone una deducción del 20% de las cantidades satisfechas desde el 6 de octubre de 2021 hasta el 31 de diciembre de 2023, con un máximo de 5.000 euros al año. Un técnico debe expedir certificados tanto de la situación previa como de la situación posterior a las obras, con una diferencia de menos de 2 años entre ambos informes.

La segunda de las deducciones se puede solicitar si se consigue rebajar un 30% o más el consumo de energía primaria no renovable o cuando se mejore la calificación energética para obtener una clase A o B. La deducción es del 40%, con un máximo de 7.500 euros anuales. También se necesitan los certificados antes mencionados.

Salvo que el Gobierno que salga de las urnas el próximo 23 de julio, decida ampliar el plazo, estas ayudas no irán más allá del final de este año, pero, como era de esperar, debido a los tiempos para poder presentar y acceder a las mismas, algunas comunidades autónomas ya estan ampliando plazos para poder acceder a estas ayudas. Es importante tener en cuenta que independientemente de la tramitación de la ayuda, la deducción permite avanzar con la rehabilitación, por lo que es recomendable no esperar a activar el proceso de rehabilitación al momento de tener concedida la ayuda.

La tercera deducción afecta a las obras realizadas por propietarios de viviendas en edificios de uso predominantemente residencial para mejorar la eficiencia energética del edificio. La deducción es del 60% en las cantidades pagadas desde el 6 de octubre de 2021 hasta el 31 de diciembre de 2024. Al igual que la segunda, se debe conseguir una reducción del consumo de energía primaria no renovable de, al menos, un 30%, o mejorar la calificación energética del edificio para obtener una clase A o B. El tope son 5.000 euros año y un total de 15.000 euros en todo el período. El certificado debe estar expedido antes del 1 de enero de 2025.

Estas tres deducciones no son compatibles entre sí respecto de la misma obra, sin embargo, sí son compatibles la deducción del 60% por las cantidades invertidas en la rehabilitación de edificios con las deducciones del 20% o del 40% por actuaciones en la vivienda particular, siempre considerando que se trata de obras diferentes.  Se deberá justificar cada inversión realizada con la certificación correspondiente.

Por otro lado, para beneficiarse del tipo reducido del 10% son necesarios dos requisitos; uno cualitativo y otro cuantitativo. El objeto principal de la intervención debe ser la reconstrucción de la edificación (cuando más del 50% del coste total del proyecto de rehabilitación se corresponda con obras de consolidación o tratamiento de elementos estructurales, fachadas o cubiertas o con obras análogas o conexas a las de rehabilitación). Asimismo, el coste total del proyecto debe exceder del 25% del precio de adquisición o del valor de mercado de la edificación antes de su rehabilitación con exclusión del valor del suelo.

Intentaremos con este ejemplo dar un poco de sentido a los números.

“Si el valor de un edificio es de 1.000.000€ se deberá dividir dicho importe entre el % que corresponda a edificación y que corresponda a suelo. Si la proporción es 80/20 (edificación 80%-suelo 20%), el valor de la edificación sería de 800.000€ ,por lo que el coste de las obras tendría que ser superior a 200.000€ (25% de 800.000 €)”. Además, la guía detalla cómo se pueden acoger al IVA reducido el proyecto de obras que no pueda calificarse como de rehabilitación.

Para mas información sobre deducciones fiscales para mejora de la eficiencia energética de las viviendas, acceder a este enlace.

Descarbonización

La descarbonización, interesante y extenso tema del que vamos a intentar dar un poco de información… que es y donde nos lleva.

A nivel técnico en cuanto a definición, la descarbonización, es el proceso de reducción de emisiones de carbono, sobre todo de dióxido de carbono (CO2), a la atmósfera, con el objetivo de lograr una economía global con bajas emisiones que consiga la neutralidad climática a través de la transición energética.

El ser humano, quema combustibles fósiles para el desarrollo de su economía, lo que ha provocado un incrementado de las emisiones de CO2, que es a su vez, causante del efecto invernadero, del calentamiento global y del cambio climático.

Para lograr la descarbonización es necesaria realizar una transición energética, un cambio estructural que elimine el carbono de la producción de energía. Tenemos que cambiar y buscar (estamos en el camino) energías alternativas limpias que permitan una mejora del estado actual de nuestro planeta.

Otro factor importante a tener en cuenta es el entorno regulatorio, que es clave para evolucionar, hacia otro tipo de gestión energética, siendo más eficientes y propiciando una descarbonización eficaz.

Desde Europa se está trabajando e impulsando la transición energética mundial. Solo hay que ver los acuerdos y acciones que se estan llevando a cabo para poder conseguir este objetivo. Uno de los más relevantes es el Acuerdo Verde, publicado a finales de 2019, que define la estrategia de la Comisión Europea para lograr la neutralidad en carbono en 2050, mejorando la competitividad y modificando el crecimiento económico de la utilización de recursos.

Esta mayor ambición climática se ratificó en la Ley Climática de junio de 2021, en la que se aprobó el compromiso de neutralidad en carbono en 2050 (vs la hasta ahora vigente reducción del 80-95% respecto a 1990) y se ha incrementado el objetivo de reducción de emisiones a 2030, pasando del 40% al 55%. Esta modificación al alza supone revisar y reformar toda la regulación de energía y clima existente, a través del paquete llamado «Fit-for-55», cuya tramitación se desarrollará durante los dos próximos años.

Otras de las acciones adicionales, que vienen desde la Unión Europea, es la aprobación de los fondos Next Generation (ya os contamos en otro de nuestros post como gestionarlos para las Comunidades de Propietarios), con un presupuesto extraordinario de 750 millones de euros, para la recuperación tras la crisis del COVID.

Y… ¿cómo se lleva a cabo una descarbonización eficiente? Al final, todo depende de lo mismo, el coste económico que supone hacer esto, consiguiendo reducir las emisiones, utilizando algunas de las alternativas mas competitivas y eficientes que tenemos actualmente.

Lo más eficaz para descarbonizar otros sectores económicos al menor coste, es aprovechar la electricidad, que permite una mayor integración de renovables, por lo que es la opción más eficaz y alternativa que consigue mejorar la eficiencia energética, que es el principio básico de la descarbonización. Sin embargo, hay ciertos usos de la energía, para los que la electrificación no es posible ni competitiva, por lo que hace que, en esos casos, la reducción de emisiones requiere el uso de otro tipo de combustibles cuyo coste aún es muy elevado.

El gran reto de todas las empresas energéticas, para conseguir una transición energética eficiente, es descarbonizar el propio sector eléctrico, integrando las energías renovables en su mix de generación. Se espera conseguir el 65% de la generación eléctrica renovable en 2030 y el 85 % en 2050, lo cual les llevará a realizar ciertas actuaciones como pueden ser: la digitalización de la infraestructura de red, el impulso a las renovables, el fomento de almacenamiento eficiente, etc…

Guía #05 pasos para autoconsumo en comunidades de propietarios

El IDAE publica la Guía #05 pasos para autoconsumo en comunidades de propietarios para facilitar la ciudadanía la tramitación y puesta en marcha de instalaciones de autoconsumo de energía eléctrica.

Está dirigida a ciudadanos y vecinos de comunidades de propietarios y especialmente  a los administradores de fincas ya que resume, en cinco pasos, todo lo necesario para instalar un sistema de autoconsumo en una comunidad de propietarios desde cómo debe tomarse la decisión en la Junta de propietarios hasta cómo elegir la modalidad de autoconsumo que mejor responda a las necesidades de los vecinos.

La Guía se ha desarrollado en el seno del grupo de trabajo con comunidades de propietarios y forma parte de las medidas contempladas en la Hoja de Ruta del Autoconsumo.